Cualquiera que haya sido niño durante los
últimos cincuenta años ha visto con total seguridad alguna película de la
factoría Disney. Generación tras generación, esta fábrica ha conseguido
triunfos de leyenda. De hecho, siete de las diez películas más vendidas de
todos los tiempos son de esta compañía, y a la cabeza de esa lista, por
supuesto, El Rey León.
Por el momento, esta película se considera el
mayor logro en la historia de la animación. La trama, fundamentada en la obra
Hamlet, narra la vida del joven león Simba, que aprende cual es su lugar en el
mundo tras la muerte de su padre Mufasa, el rey de la sabana. Esta película ha
sido la quinta película más taquillera de la historia y cuenta con dos Oscar.
La lástima es que no escribimos esto para exaltar la que puede ser una de las
mejores películas de animación de la historia, sino para ver más allá de su
superficie.
Si nos fijamos, el papel de los personajes
femeninos, podemos observar que está siempre en segundo plano, cuando por todos
es sabido que son precisamente las hembras las que “controlan” a la manada. Además
está la idealización del padre y el deseo de ser como él. Por mucho que
busquemos no vamos a encontrar ningún defecto en Mufasa, incluso tiene la mejor
melena de toda la manada. La parte negativa del padre, todo aquello que no
gusta, se proyecta en su hermano, el tío Scar.
¡Pero es que eso no es lo mejor! El tirano
Scar destaca también por su carácter femenino y amanerado, con sus frases
sarcásticas y las exclamaciones en francés (en la versión original). La
femineidad se ve como una negativa. Además de que Scar es inteligente, lo cual
en la película no parece una virtud, sino una característica negativa que se
aplica a los malvados. Además, en el antagonista encontramos otra peculiaridad: resulta que es el único león con rasgos diferentes, es mucho más moreno y tiene la melena negra y lacia. Se podría decir que es una especie de “león gitano”.
Precisamente, analizando más en profundidad, encontramos en el
film una serie de características de la religión judeo-cristiana en el bautizo
de Simba: la señal en la frente, la presentación en sociedad… También aparecen
símbolos de la religión budista, como cuando Rafiki adopta la postura de flor
de loto.
Lo raro es que la única referencia a la religión
musulmana es la media luna que brilla en el cielo la noche que el perverso Scar
toma el poder… ¿casualidad?
En cuanto a los estereotipos masculino y
femenino no nos trae nada nuevo, el hombre es el poseedor del saber y la
fuerza, quien se ocupa del trabajo y de la política. La mujer, y eso que esta
vez no es una princesa como tal, se muestra débil, y ocupa el ámbito doméstico.
Por otro lado nos encontramos con que el león
es quien sostiene el equilibrio de la sabana. Como en los reinos tradicionales,
el poder es hereditario y, en cuanto el reino se queda sin liderazgo, se convierte
en un caos, acabando en la destrucción de ese modelo, que al principio parece
perfecto.