Con la llegada de la TDT, a todas las cadenas
generalistas se le han sumado una serie de cadenas temáticas, varias de ellas dedicadas
íntegramente al público infantil. Una de las que nos viene a la mente es, por
supuesto, Disney Channel. El canal inició sus transmisiones en diciembre
de 1986 y, a partir de entonces, comenzó a emitir 24 horas al día.
El objetivo de esta entrada sería principalmente
el de hacer una crítica a la manera que tiene el imperio Disney de reflejar la
realidad. A través de todas sus series de ficción y bajo el formato de comedia
adolescente, Disney nos viene a mostrar formas de consumo, ideales del
atractivo femenino y masculino y un sistema de vida al más puro estilo “Made in
USA”.
Desde el principio, todas las series nuevas
que ha sacado la factoría han sido objeto de muchas críticas. Como señala
Patricia Digón: “la cultura Disney impregna nuestras vidas buscando no sólo
entretener sino también educar en determinados valores claramente
conservadores”. Y es que los medios tienen una responsabilidad muy grande en la
educación de estos niños, de los valores que se les inculcan desde pequeños, ya
que ayudan a modelar la mentalidad de dichos niños.
En la mayoría de series actuales del canal,
como Hannah Montana o Sunny entre estrellas, se puede ver que
las chicas protagonistas son jóvenes, alegres, habladoras, sensibles,
divertidas, etc. Siempre en contraposición con los rasgos propios del
estereotipo del hombre: sensibilidad femenina frente a la frialdad masculina,
emotividad frente a racionalidad, impulsividad frente a autocontrol… Pero de lo
que no nos damos tanta cuenta es que la atribución de estos rasgos al ideal de
mujer esconde una imagen de inferioridad respecto al hombre.
Estas protagonistas son chicas de éxito, ya
sean cantantes, magas, actrices etc. Las actrices secundarias, sin embargo,
están siempre a la sombra de esta protagonista, y algunas veces rivalizan con
ellas (interpretando el papel de “malas”).
Parece como si en estos programas lo único
que importara fuese ser rico y famoso, ya que éste es el objetivo de la mayoría
de personajes que aparecen en estas series. Del análisis de las series del
famoso canal sacamos una serie de conclusiones: al igual que en las películas,
el modelo de mujer adolescente que nos presenta Disney está sujeta a una gran
cantidad de estereotipos. El modelo encaja perfectamente con el ideal de hija
de una típica familia americana de raza blanca: chica moderna y presumida que
no evoluciona psicológicamente en toda la serie.
Si lo comparamos con nuestra sociedad actual,
las vidas de estos adolescentes no concuerdan demasiado con la de las personas
“comunes”, ya que se limitan a meterse en problemas y pequeñas travesuras, no
quedando expuesto el enfrentamiento con padres o educadores, más propio de
estas edades.
Por último, el estereotipo de la mujer
triunfadora viene asociado en estas series al logro de la fama, que normalmente
se une al mundo del espectáculo. Sin esa fama no son nadie. Sin fijarnos mucho
nos damos cuenta que la mayoría de estas series están destinadas a un público
más femenino, ya que la mayoría de papeles protagonistas las encarnan dulces
chicas adolescentes, como Miley Cirus o Selena Gomez, que una vez crecidas
están dando mucho que hablar (como ya hemos comentado anteriormente).
Es destacable también la polémica dentro de
la productora, ya que ha sido recientemente denunciada por otra de las
ex-estrellas de Disney, Demi Lovato. Ella se quejó hace unos meses de que los
estereotipos de las protagonistas motivaban a las niñas a comportamientos
cercanos a la anorexia, trastorno del que la propia actriz tuvo que ser
rehabilitada. No es un caso aislado, ya que muchos otros artistas también han hablando
contra la compañía una vez salieron de ella, como Joe Jonas o Miley Cyrus.
MILEY CYRUS ENTREVISTA
La polémica está servida, ¿creen ustedes que
Disney Channel es uno de los canales con los que deberían crecer los niños de
las siguientes generaciones?