No podemos olvidar también que la música es una de
las seis principales formas de arte y que fue un incentivo para abrazar al
optimismo en un mundo que afrontaba en aquellos años dificultades y problemas
de todo género (1945). Por ello, las canciones cobrarían una importancia cada
vez mayor, con estribillos que se seguirán repitiendo en las siguientes
generaciones y que, incluso, llegan hasta hoy. ¿Quién no se sabe “Yo voy a ser
el rey león” o “bajo del mar”? ¿Quién no se ha sorprendido a sí mismo tarareando
una melodía de Disney?
Walt Disney tenía cierta obsesión por ilustrar con
imágenes composiciones clásicas de todo tipo, lo que le llevaría a buscar
experiencias semejantes a la conseguida con Fantasía,
su obra más lograda. Así, en la película Make
Mine Music (1946) puso imagen a un total de diez temas musicales,
deleitando a padres, hijos y abuelos.
El más original de este largometraje es la historia
de la ballena llamada Willie que, después de haber sido descubierta en el mar,
es capaz de cantar todas las arias imaginables en su debut en el Metropolitan.
Esta incursión de Disney en el mundo musical precisó de tres años de producción
y más de dos millones y medio de dibujos… Sí, nosotros también nos quedamos
impresionados cuando lo supimos. ¡Dos millones y medio de dibujos! Es tanto que
creo que es imposible hacerse una idea real del trabajo que debe llevar eso.
Tiempo de Melodía, traducción de la original Melody Time (1948), fue una nueva producción de los estudios Disney
en el mundo de la música. En el proyecto, que se aleja cada vez más de lo
clásico, participaron famosos intérpretes y músicos de entonces. Leyendas
populares norteamericanas, héroes del Lejano Oeste y poemas adaptados se
mezclaron en el que fue considerado por la crítica como el mejor popurrí
musical de la factoría.
Por otro lado, las baladas románticas de La Cenicienta, valorada como una de las
mejores creaciones de Disney, se vieron complementadas por canciones
inolvidables como la que interpreta el Hada Madrina al usar su varita mágica,
el Bibbidi-Bobbidi-Boo. Una canción
muy pegadiza que, por otro lado, puede llegar a ser completamente
impronunciable.
Y es que si hablamos de música y de Disney juntos no
podemos dejar de mencionar a Mary Poppins
(1964), que ha pasado a los anales del cine como una de las mejores comedias
musicales de la historia. Fue una estrella de los musicales precisamente, Julie
Andrews, la elegida para encarnar a esta institutriz. El trabalenguas Supercalifragilisticoespialidoso batió
récords de persistencia en el recuerdo de todos los espectadores, sólo
comparables a los del Salakadulachachicomula
de La Cenicienta. Y lo mejor de todo es que después de cincuenta años, ¡la
canción se sigue cantando! No tenemos muy claro con qué fuerza sobrenatural
pactó Walt Disney, pero está claro que su legado, por una cosa o por otra, está
siendo inmortal.
Dos años más tarde del
estreno de esa película, los estudios vieron como su fundador moría, dejando un
hueco enorme dónde se antes podía apreciarse todo su impulso, su energía y su
ilusión. Pese a ello, los estudios siguieron adelante y trajeron al mundo
algunas de las películas más famosas de la historia del cine, como El libro de la Selva, Robin Hood, La Sirenita y otra multitud de largometrajes que dejarían muchas
canciones para el recuerdo.
En El Rey León (1994) participaron algunas de las mejores voces de
aquel entonces, como el legendario James Earl Jones, que dobló a Mufasa, o dos
estrellas de Brodway, Nathan Lane y Ernie Sabella, que prestaron voces a Timón
y Pumba. Elton John escribió cinco canciones para la película y, además, él
mismo interpretó el tema Can You Feel the
Love Tonight, que recibió el Oscar a la mejor canción original. La banda
sonora, obra del famoso Hans Zimmer, fue también galardonada y muy
merecidamente.
Finalmente, la factoría
trajo al mundo grandes voces como las de Mulán, Pocahontas o Esmeralda, pero el
verdadero impacto llegó con el estreno de Fantasía
2000, seis décadas después del gran éxito de Fantasía, y haciendo realidad
el sueño del genio Walt de realizar una segunda parte.
Al hablar de la música en
Disney nos referimos a algunas de las canciones que, seguramente, han sido las
más escuchadas y repetidas de la historia. ¿Lo bonito? Que seguirán sonando y
teniendo éxito a través de los años, porque son clásicos, porque marcaron varias
generaciones, porque el espíritu Disney sigue presente.