¡Bienvenidos! Os presentamos el dibujo de Walt Disney, su evolución, su historia, sus personajes y técnicas cinematográficas.

viernes, 27 de diciembre de 2013

WALT DISNEY EN EL SIGLO XX

A veces parece que Walter Elias Disney era un hombre completamente alejado de la realidad. Cuando somos niños y vemos las películas nos parece que estamos viendo la historia de una vida más. Como si la vida de Bella fuese algo normal, o la de Cenicienta, ¿dónde se ha visto que una sirvienta acabe con un príncipe? Eso en el 2013 no pasa, y menos aún en siglos anteriores. 

Por eso, nos hemos preguntado durante estos dos meses trabajando en el blog: ¿en qué pensaba Disney? ¿Por qué cambio el final de los hermanos Grim? Aunque lo que más nos inquieta es por qué sus personajes son tan sonrientes. A veces estas sonrisas, en cierto modo, nos llegan a estremecer. 

Pensando en imágenes del muro de Berlín o del bombardeo de Guernica, nos preguntamos que significaron esa clase de sucesos para Walt Disney. ¿Acaso era el típico ricachón que en medio de una crisis mira hacia otro lado, vive en su nube de felicidad ficticia y sigue derrochando lo mismo, o más, de lo que derrochaba antes de la crisis?

Pero como estudiantes de historia nos cuesta creer que los hombres se puedan abstraer tanto de la realidad. E, investigando los dibujos de Disney, hemos encontrado un momento de producción distinto, en la II Guerra Mundial. En primer lugar, en Diciembre de 1941, parte del estudio fue requisado por unas autoridades militares como cuartillos para setecientos miembros de una unidad antiaérea. Lo utilizaron además como un taller de reparación durante varios meses.

No obstante, durante el periodo de guerra, Disney continuó produciendo pequeños dibujos de Donald, Pluto y Goofy, aunque con matices diferentes. Los cortos tenían nombres como: Private Pluto, Comando Duck y Goofy’s Victory Vehicles. Y cada uno de ellos remitía a algún aspecto de la guerra. 


El más famoso es La cara del Fuler, en esta el protagonista es Donald y sueña con que es un nazi de Alemania y con que está trabajando en una fábrica de producción de munición. Mientras trabaja se va topando con una serie de fotografías de Hitler en las que tiene que presentar una y otra vez el saludo nazi. De repente, se despierta de su pesadilla, ve una sombra de una persona que está levantando el brazo y, asustado, empieza a gritar hasta que ve se da cuenta de que es una figurilla de la Estatua de la Libertad. Con fuerza, salta y se viste con su traje rojo, blanco y azul y empieza a besar la estatua de la libertad gritando: “¡Qué agradecido estoy de ser un ciudadano de los Estados Unidos de América!”.


En un primer momento al ver estos dibujos pensamos en que Walter estaba igual de afectado que el resto del mundo por la masacre de la II Guerra Mundial. Pensabamos que, cómo Picasso en su Guernica, apelaba a la humanidad de las personas de la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, ¿por qué ensalza América? ¿a caso no protagonizó los bombardeos de Hirosima y Nagasaki? ¿Disney sería tan estúpido de creer que los americanos son una raza superior? Lo dudo mucho. Lo que creemos es que, como suele pasar en la historia, estamos ante un artista sometido a una serie de normas impuestas. Al fin y el cabo, se trata de un medio más para educar a los más pequeños de la población americana y hacerles ver que su país es el mejor.

Aquí dejamos el corto para que juzguéis:

lunes, 9 de diciembre de 2013

CAMEOS

Supongo que a estas alturas ya habréis comprobado que Walt Disney y su compañía tienen más trasfondo del que parece. Intuyo que ya habréis comprobado que las películas y los cortos que han lanzado al mundo no son sólo simples animaciones para divertir a mayores y pequeños. Y como creemos que ya estáis algo instruidos en el mundo Disney, más allá de lo que todos conocen, pensamos que ya es hora de abrir el cajón de eso de lo que muchos hablan en murmullos, comentando cosas aquí y allá, pero sin centrar la vista demasiado tiempo en ello… De hecho, alguno no se habrá dado ni cuenta y quizá ahora esté tan perdido como Alicia dentro del laberinto de la Reina de Corazones, pero como somos buena gente y ponemos título a las entradas, creo que ya debéis saber por dónde van los tiros, ¿no?

¿Qué es un cameo? Pues básicamente se trata de la aparición de un personaje ya conocido en otra película que, normalmente, no tiene mucho que ver con su primera aparición. Así que, pongamos ejemplos:

LA CAMIONETA: bien, recordemos durante un momento la primera película de Toy Story, ¿alguno se acuerda de los marcianitos verdes de tres ojos que adoraban a “El Gancho”? Ahora recordad la camioneta de Pizza Planet, el restaurante en el que vivían estos personajillos. Pues bien, esa misma camioneta la podemos encontrar, de nuevo, en una escena concurrida de la película de Cars; a través de la bolsa de agua en la que los amigos de Nemo (Buscando a Nemo) tratan de escapar al mar; tanto en la película Bichos, como en Monstruos S.A. (en las cuales utilizan el mismo fotograma); y en Wall-e, cuando Eva escanea los restos de la humanidad en busca de una planta.


EL ANCIANO: en la película Bichos, al final del cortometraje, podemos observar a un señor mayor medio calvo jugando contra una versión de sí mismo al ajedrez. Así que, ¿cuál es nuestra sorpresa cuando volvemos a verle en Toy Story 2, encarnando a un especialista de juguetes antiguos y raros?


LA BESTIA: nuestra Bestia con corazón de príncipe, no sólo aparece en la famosa película La Bella y la Bestia, sino que también podemos encontrarle representado en una figurita en el palacio del sultán de Aladdin.


SEBASTIÁN: el cangrejo más famoso de las películas de animación parece que no dedica toda su vida a vivir, como dice en su canción, “bajo del mar”. Hemos podido comprobar que tiene su momento de atención en Aladdin, cuando el Genio lo saca de un libro.


LA PELOTA: muchos pensarán que una pelota no puede hacer gran cosa, pero esa regla no puede aplicarse a la pelotita de Pixar, uno de los elementos que más vueltas ha dado a través de las múltiples películas de la compañía Disney (después de anexionarse Pixar). Aquí os dejamos algunas películas en las que ha aparecido: las imágenes 1 y 2 pertenecen a la película de Los Increíbles; la 3 y la 6 a Up, siendo la sexta una parte de la banda de scout del niño; las imagenes 4 y 5 pertenecen a la película de Toy Story; la séptima imagen es del cuarto de Boo, de Monstruos S.A.; y la octava pertenece uno de los cortos de las lámparas características de Pixar.


ESCOBAS: ¡Hasta las escobas son aventureras! ¿Os acordáis de las que bailaban junto con Mickey en Fantasía? Pues podemos ver alguna referencia a ellas en otras películas como Enredados.


MONSTRUOS S.A.: parece que el cuarto de la adorable Boo está lleno de recuerdos de películas Disney, podría decirse que es la Gran Fan, ya que, además de la pelota de Pixar de la que ya hemos hablado, podemos encontrar a Jessie, de Toy Story 2 y 3, a Nemo, de Buscando a Nemo, y al avión de Andy, el propietario de los juguetes protagonistas de la ya mencionada Toy Story.


Sabemos que hay mucho más cameos, somos conscientes, pero si los pusiéramos todos esta entrada probablemente no terminaría nunca y no queremos aburriros, que lo poco gusta y lo mucho cansa.

¡Esperamos que os haya gustado! Y ya sabéis, la próxima vez que veáis una película Disney estad atentos, nunca se sabe quién puede aparecer.

jueves, 5 de diciembre de 2013

DALÍ Y HOLLYWOOD.

A priori, todo haría pensar en una profunda afinidad entre Hollywood y Dalí, casi se podría hablar de uno de esos flechazos entre dos pretendientes dispuestos a todo con tal de acabar en el altar… o en la cama, depende de la ocasión. La fascinación por el cine americano es una actitud ya vigente durante la adolescencia del pintor, que se mantendría en pleno furor surrealista, cuando el pintor aun está integrado sin fisuras en el seno del movimiento de Bretón a través de sus colaboraciones con Luis Buñuel, la segunda de las cuales, La edad de oro, gustaba a Dalí porque “parecía una película americana”.

Dalí y Disney se conocieron en 1945 durante el rodaje de la película Recuerda, de Alfred Hitchcock y dicen que se quedaron impresionados el uno con el otro… Al año siguiente de su flechazo, Dalí firmó un contrato para trabajar durante unos meses en la factoría Disney.


No tardarían en ponerse manos a la obra colaborando en Destino, donde personajes y objetos corpóreos debían establecer un continuo con personajes, objetos y decorados dibujados. En una entrevista para la revista barcelonesa Imágenes, concedida en 1951, Dalí aún no daba por perdida esa colaboración y añadía: “Es protagonizada por una figura humana, con una cabeza de niño recién nacido, cuerpo de mujer adulta, piernas de gacela y pies formados por caracolas”. Como vemos, el genio no estaba muy bien de la cabeza ya por aquel entones.

Sin embargo, y a pesar de las afinidades entre ambos creadores, Destino no llegaría a consumarse, achacándose sobre todo a problemas de presupuesto y a la Segunda Guerra Mundial. En 2003, Roy Disney, nieto del fundador, decidió recuperar el corto, del que sólo existían 15 segundos experimentales y cientos de bocetos, y montó un film de dibujos animados de siete minutos.

(Boceto a tinta)

Tampoco prosperó la iniciativa, anunciada en octubre de 1957, después de que el matrimonio Disney viajara a la casa de Dalí en Cadaqués, para trabajar juntos en una versión de Don Quijote, libro sobre el que el pintor catalán acababa de grabar las planchas que en diciembre le editaría Joseph Foret.

En lo que se refiere a Destino, la breve historia animada cuenta los amores de una bailarina por un jugador de béisbol. Se conocen, se gustan, pero el tiempo, representado por el dios griego Cronos, se impone. No se puede escapar al destino, como concluye el cuento animado. 


Esta es una explicación comprensible del cortometraje, nada parecido a lo que narra el pintor al periodista A. Frankenstein en 1946 sobre la trama del film:

“Vemos primero un jardín muy convencional salpicado de estatuas y adornado en el centro por una fuente en forma de cisne. Después el jardín desaparece. El cuello y las alas del cisne se convierten en el tronco y las orejas de un elefante boca arriba. El elefante se transforma a su vez en una pirámide con una cabeza de Cronos grabada a la que se dirige una chica. De repente, la pirámide desaparece y el largo triángulo que ocupaba sobre una tela presenta ahora una perspectiva de carretera.

La chica se detiene a lo largo de la carretera y después, un momento después, se la ve cabalgar sobre un inmenso teléfono de patas de araña entre toda clase de monstruos. Después el paisaje cambia y se ve de nuevo una pirámide acompañada en esta ocasión por una iglesia flotando sobre un estanque que bordean dos manos humanas de las que salen dos cipreses. En el borde circular del estanque dan vueltas sin cesar formas denudas subidas a bicicletas. Las formas desnudas acaban por desaparecer en el estanque.

En ese momento una campana toca a muerto. La sombra de la campana se confunde con la silueta de la chica y las dos se ponen a bailar. La cabeza de Cronos esculpida en la pirámide se libera de la piedra y comienza a bailar también, tratando de alejar a una lluvia de monstruos que caen del cielo por todas partes. Cronos separa a los monstruos de su cuerpo, cada vez que arranca uno un agujero enorme se abre en él”.


Esperemos que esa no fuera a ser la sinopsis de la película, porque no tenemos muy claro que los niños quisieran ir a verla...

En fin, aquí os dejamos el cortometraje de 2003, ¡disfrutadlo!


martes, 3 de diciembre de 2013

HERMANOS GRIMM vs. DISNEY

Anteriormente ya habíamos hablado de nuestras queridas princesas Disney, esas jovencitas obedientes y rebeldes, hogareñas y aventureras, tímidas y extrovertidas, morenas, rubias, pelirrojas… Pero, sobre todo, habíamos hablado de que, al final, por usar una expresión que, en este caso, nos viene al dedo, terminan siendo felices y comiendo perdices. No importa cuál hubiese sido su objetivo a lo largo de la historia, lo importante es que al final, teniendo al mundo en su contra y contando únicamente consigo mismas, y quizá con algún amigo, terminan consiguiendo lo que en un principio pretendían. Vaya vida más maravillosa es esa, ¿no? Pero… ¿qué pasaría si esos finales maravillosos no siempre hubieran sido así? ¿Y si la compañía Disney alteró los finales para que fueran aptos para todos los públicos?

Pues, a riesgo de romper ilusiones y pisotear infancias, así es. La mayoría de nuestras princesas Disney han sido extraídas de los cuentos de los Hermanos Grimm (llamados “Cuentos para la infancia y el hogar” y publicados el 20 de diciembre de 1812), que, a su vez, recogieron esas historias de la tradición oral de su país natal: Alemania. Y es bueno que sepáis antes de seguir leyendo que sus historias no tenían nada que ver con los bonitos cuentos que nos han inculcado desde pequeños. Los Grimm recogieron historias sobrecogedoras, sin un ápice de sensibilidad y con finales duros, que, al no tener un contexto claro y ser versionado por los países de alrededor, adquirieron una solidez impresionante.


Y, ¿cómo no? Aquí van algunos ejemplos:

LA BELLA DURMIENTE (originalmente llamado “Sun, Moon and Talia”): este relato, aparentemente inofensivo y obra de Giambattista Basile, fue uno de los tantos que los Grimm adaptaron para su libro. Y su final, como ya estaréis imaginando, no es tan idílico como el de nuestro amigo Disney. En él, el rey viola a la protagonista y, mientras esta aún está dormida, da a luz a dos niños.


BLANCANIEVES: en esta versión, la bruja malvada no es la madrastra de Blancanieves, sino su propia madre, que no puede resistir los celos que tiene de su hija. Y no quiere ver el corazón de la protagonista en una bandeja de plata, sino que quiere comerse sus pulmones y el hígado como prueba de que realmente está muerta. Además, el final de la bruja malvada también es sustancialmente diferente, ya que es obligada a bailar con zapatos con pinchos de metal hasta la muerte.


CENICIENTA: en la historia de los hermanos Grimm, las hermanastras de Cenicienta, para poder probarse el zapato que el príncipe había encontrado, se cortan trozos del pie. No obstante, la sangre las delata y, además de ser rechazadas, son condenadas por intento de usurpación y el príncipe hace que los pájaros les saquen los ojos a picotazos.


LA SIRENITA: este relato fue obra de Hans Christian Andersen y adaptación de los hermanos Grimm. En él, Ariel sufre una tremenda agonía a cada paso que da con sus piernas humanas (muy parecido a caminar sobre cuchillas afiladas), pero, como ama al príncipe, acepta bailar con él de todas maneras. Sin embargo, su historia tampoco termina felizmente, ya que el príncipe termina enamorándose de otra y Ariel, en vez de asesinar al príncipe para salvarse ella misma, ya que la hechicera que le dio las piernas le dijo que si el príncipe se enamoraba de otra ella moriría, decide sacrificarse y morir disuelta en espuma de mar.



RAPUNZEL: esta podría decirse que es una de las historias más suaves. En ella, Rapunzel es visitada de forma continuada por un príncipe que, finalmente, la deja embarazada y, para que la bruja jamás se entere, huye al bosque donde da a luz a dos gemelos.